Fecha: 21 de julio
Fuente: Euronews
El dispositivo con forma de flor puede pasar por un pequeño agujero en el cráneo y luego desplegarse suavemente para monitorear el cerebro.
Científicos en Suiza han desarrollado un electrodo para monitoreo cerebral que puede ser colocado a través de un pequeño agujero en el cráneo y luego expandirse para cubrir una mayor área de la corteza cerebral. Los electrodos corticales se utilizan para monitorear y estimular la actividad eléctrica en el cerebro de pacientes con condiciones como epilepsia, que provoca convulsiones.
El nuevo avance científico, desarrollado por expertos en bioelectrónica del Instituto Federal Suizo de Tecnología (EPFL), está diseñado para registrar información desde la superficie del cerebro. Los investigadores del EPFL comenzaron el proyecto cuando un neurocirujano les pidió que encontraran formas de implantar electrodos en la superficie del cerebro de manera mínimamente invasiva.
Según los investigadores, los electrodos son tan suaves que pueden colocarse justo entre la superficie del cerebro y el cráneo, lo que podría ofrecer soluciones mínimamente invasivas para pacientes con epilepsia. “Se nos ocurrió esta idea de crear una matriz de electrodos desplegable, lo que significa que es necesario fabricar la matriz con materiales lo suficientemente flexibles como para poder ser insertados en un contenedor pequeño y luego empujados y desplegados en la superficie del cerebro”, dijo Stephanie Lacour, una neurotecnóloga del EPFL.
¿Cómo funciona?
El avance científico con dispositivo parece una flor. Puede ser insertado a través de un pequeño agujero en el cráneo como un capullo, con sus seis “pétalos” plegados en su interior hacia el cargador, y una vez colocado en la superficie del cerebro, se vierte un líquido para expandir suavemente los pétalos. Cuando los pétalos están abiertos como una flor completamente florecida, el cargador puede ser retirado.
Todo el sistema puede pasar a través de una pequeña incisión de aproximadamente 2 cm de diámetro cuando está plegado y luego se expande hasta unos 4 cm de diámetro. El equipo describió el dispositivo como “algo similar a una mariposa en espiral apretujada dentro de su capullo antes de la metamorfosis”. Para hacer que el dispositivo sea tan flexible, el equipo combinó la bioelectrónica suave y la robótica suave, y utilizó electrodos metálicos que pueden estirarse y deformarse.
Se necesitan más pruebas
La matriz de electrodos ha sido probada con éxito en un mini cerdo y ahora será desarrollada por Neurosoft Bioelectronics, una empresa derivada del EPFL. Los investigadores detrás de la tecnología creen que podría ser ampliamente implementada en clínicas debido a su naturaleza mínimamente invasiva. “Así que ahora lo que esperamos lograr es escalar la tecnología para adaptarla a los humanos, e incrementar el número de electrodos para obtener una información más amplia y detallada del cerebro”, dijo Lacour.