Fecha: 28 de Diciembre 2023
Fuente: Swissinfo
Un sector turístico orgulloso de saberse una “isla de la seguridad”, gigantes farmacéuticos en proceso de contracción y grupos industriales que enfrentan la desaceleración económica: sin ser una selección exhaustiva, los periodistas de swissinfo.ch ofrecen un balance de los principales acontecimientos que aguarda la economía suiza para el 2024.
Un crecimiento ralentizado
El pesimismo económico que vive la eurozona y los repuntes en los tipos de interés de muchos países seguirán repercutiendo en la economía helvética en 2024. La Secretaría de Estado de Economía (SECO) anticipa un crecimiento del PIB del 1,1%, inferior al 1,3% del 2023. Con ello, sería pues el segundo año consecutivo de crecimiento económico inferior a la media característica de Suiza.
Por otra parte, una política monetaria más restrictiva aplicada por el Banco Nacional Suizo (BNS) permitiría que la inflación siga reduciéndose el año que viene, para ubicarse en 2 por ciento.
Pese al estancamiento económico y el ligero aumento del desempleo previstos (pasará del 2% en 2023 al 2,3% el año próximo), la escasez de personal cualificado seguirá presente en Suiza, como sucede en otras economías desarrolladas. El índice de escasez de personal aumentó otro 24% en 2023, según datos publicados en noviembre por la empresa de recursos humanos Adecco y el Monitor del Mercado Laboral Suizo de la Universidad de Zúrich.
A finales de agosto, cuando se dieron a conocer las cifras más recientes de la Oficina Federal de Estadística (OFE), había más de 120.000 vacantes. Los sectores en los que es más difícil cubrir puestos de trabajo se concentran en los sectores sanitario, informático y de ingeniería. Con respecto a los aumentos salariales previstos por las empresas (2% de media), es posible que el impacto positivo que tienen se vea nuevamente anulado por la inflación.
La “isla” de seguridad suiza atrae a turistas de todo el mundo
El turismo suizo recobró vitalidad en 2023 y se espera que las pernoctaciones superen, por primera vez, la barrera de los 40 millones anuales. Y los meses por venir también lucen prometedores: el centro de investigación económica de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (KOF) anticipa un aumento de 270.000 pernoctaciones en Suiza en el presente invierno.
El fortalecimiento del franco suizo, la inflación y la reducción del poder adquisitivo han provocado una condición sectorial global que no es buena. Pero Simon Widget, director de Turismo de Verbier, considera que Suiza ha logrado destacar entre la multitud porque es capaz de ofrecer un remanso de paz en un mundo cada vez más convulso. “En un entorno lleno de ansiedad en la actualidad, la gente desea estar tranquila. Y Suiza ofrece una gran seguridad”, declaró a la RTS.
Pero en comparación con 2019, el año anterior a la pandemia, Suiza aún echa de menos a algunos huéspedes extranjeros, especialmente de países lejanos como China, India, Japón y de las monarquías del Golfo. Por ahora no se espera que el turismo suizo regrese a los niveles previos a la pandemia sino hasta finales del 2024, precisa Véronique Kanel, portavoz de Suiza Turismo.
La industria farmacéutica hace un viraje hacia los medicamentos contra la obesidad
Tras un año de significativas reestructuraciones, adquisiciones y de cambios directivos, las empresas farmacéuticas suizas están intentando crear expectación y generar tranquilidad entre los inversores con respecto a su potencial de crecimiento en 2024.
En octubre, poco después de vender su división de genéricos Sandoz, Novartis ajustó al alza su previsión de ventas para los próximos cinco años. La multinacional de Basilea desea ahora concentrarse en las llamadas terapias innovadoras, esto es, en aquellos tratamientos de patente que ofrecen el mayor potencial de beneficio al paciente.
En cuando a su competidora Roche, el nuevo director General de esta farmacéutica, Thomas Schinecker, anunció importantes adquisiciones durante 2023. Decisiones estratégicas que buscan contrarrestar los desalentadores resultados que arrojaron recientemente algunos ensayos clínicos y se podrán sustituir también medicamentos cuyas patentes están a punto de expirar.
Al realizar estas inversiones, la industria farmacéutica suiza busca ganar terreno ante sus competidores, por ejemplo, a la danesa Novo Nordisk, que acaparó los titulares en 2023 con exitosos medicamentos contra la obesidad. Con la reciente adquisición por 2.700 millones de dólares (2.300 millones de francos suizos) de una empresa biotecnológica estadounidense especializada en los medicamentos contra la obesidad, Roche espera hacerse de una parte de un mercado que, según los analistas, podría tener un valor de 100.000 millones de dólares en 10 años.
Sin embargo, la industria farmacéutica no escapará a las presiones políticas para que los precios de los medicamentos se reduzcan. La embestida más importante procede de Estados Unidos, donde el gobierno continua negociaciones relacionadas con los precios de los medicamentos en el marco de la llamada Acta de Reducción Inflacionaria Estadounidense. En diciembre, el gobierno acometió de nuevo anunciando la intención de confiscar las patentes desarrolladas con fondos públicos si los precios de los medicamentos siguen siendo demasiado elevados.
Multinacionales, entre las fuerzas geopolíticas y las presiones internas
Las multinacionales basadas en Suiza seguirán sufriendo las consecuencias del estira y afloja que hay entre China y Estados Unidos, y en 2024 se enfrentarán con más intensidad a las fuerzas de la desglobalización. Muchas empresas ven a China como una pieza clave en su estrategia de expansión, a pesar de los recientes problemas económicos del gigante asiático, las persistentes preocupaciones en materia de derechos humanos y la competencia entre los aranceles de Washington y Pekín.
Las empresas suizas también se enfrentarán a una mayor presión interna: la llamada iniciativa de las Multinacionales Responsables, que fracasó por poco en una votación popular celebrada en 2020, está renaciendo. Se espera que el año próximo se presente una nueva versión de esta iniciativa que busca responsabilizar a las empresas del impacto que sus acciones tienen en los derechos humanos y medioambientales en las cadenas de suministro de las que forman parte. Y posiblemente esta nueva legislación exigirá a Suiza respetar la reglamentación de la Unión Europea, que está a punto de concluir una ley de responsabilidad empresarial.
Una cuestión que planea sobre las multinacionales es cómo se aplicará el acuerdo mundial sobre el tipo mínimo del impuesto de sociedades y cómo afectará a las decisiones de localización de las empresas. Suiza empezará a aplicar el tipo impositivo del 15% a partir de enero de 2024, pero muchos países, como Estados Unidos, China, Brasil e India, no tienen previsto aplicar el tipo mínimo del impuesto de sociedades.
Un panorama sombrío para la industria de maquinaria
Tras dos años de fuerte crecimiento, la industria suiza de la maquinaria, los equipos eléctricos y los metales (conocida como MEM) inició un periodo difícil. De hecho, Swissmem, la asociación que representa al sector, no duda en hablar de recesión.
En los nueve primeros meses de 2023, los nuevos pedidos cayeron un 9,9% comparado con el mismo periodo del 2022. La subida de los tipos de interés anunciada por los bancos centrales en los últimos meses está afectando las ventas de una industria que emplea a más de 325.000 personas en Suiza y que exporta casi el 80% de su producción (el 60% a la UE).
Y los problemas económicos que atraviesan los principales socios comerciales de Suiza, encabezados por Alemania, China y Estados Unidos, ensombrecen el panorama de los próximos meses. “La mayoría de las empresas del sector pueden dar por descontado que vendrá un periodo difícil”, expresó Stefan Brupbacher, Director de Swissmem, a finales de noviembre.
¿Fin de la euforia para los relojeros suizos?
Aupadas por un sector del lujo que parece no conocer las crisis, las exportaciones de relojes suizos se encaminan hacia un récord en 2023: En los once primeros meses del año, las ventas superaron la simbólica cifra de 24.000 millones de francos, un 7,7% más que en 2022. La industria relojera suiza emplea actualmente a más de 65.000 personas, un nivel que no se alcanzaba desde los años setenta.
Sin embargo, este periodo de crecimiento excepcional, que comenzó a observarse desde que inició la fase de recuperación post-COVID en 2021, amenaza con terminar próximamente. “Se impone la prudencia en el corto plazo debido al contexto geopolítico, la inflación y la fortaleza del franco suizo, especialmente entre los subcontratistas que se enfrentan a que los pedidos (que reciben) se están aplazando”, afirma Jean-Daniel Pasche, presidente saliente de la Federación de la Industria Relojera Suiza (FH).
El banco Vontobel también espera una “normalización del crecimiento” en 2024, año en el que anticipa un incremento en las exportaciones de entre 2 y 4%. “Las marcas fuertes que han invertido más, en publicidad y en su red de distribución, seguirán expandiéndose. Pero para otras marcas, la situación es más frágil: los volúmenes se revisarán a la baja”, afirma Jean-Philippe Bertschy, experto en relojería de Vontobel.
Pero en un análisis de largo plazo, Jean-Daniel Pasche, sigue observando oportunidades de crecimiento lo mismo en mercados consolidados, como Estados Unidos y China, que en mercados emergentes como India, Brasil e Indonesia.
El espectro de la debacle de Credit Suisse sigue planeando sobre Suiza
El impacto de la quiebra del Credit Suisse sigue siendo el principal desafío del sector financiero suizo en 2024. El banco UBS, que se vio obligado a adquirir al debilitado Credit Suisse en marzo pasado, ha advertido que el 2024 será el año más difícil para la integración, ya que tendrá que enfrentarse la fusión de diferentes sistemas informáticos, contables y empresariales.
El éxito de la fusión es crucial para toda la plaza financiera suiza. Pues de fracasar, Suiza se enfrentaría a un futuro incierto sin uno de los principales actores bancarios que tenía a nivel internacional.
Esta amenaza ha agudizado una vez más las reflexiones de los reguladores y los legisladores sobre la necesidad de que el sistema bancario se vuelva más seguro. En los próximos meses, el debate en torno a cómo lograrlo será aún más intenso y aguerrido.
Queda por ver cómo influirán en la reputación de Suiza en los próximos años la quiebra de Credit Suisse y las sanciones suizas contra los rusos ricos.
Otros dos grandes temas de actualidad son las finanzas sostenibles y el papel de los avances tecnológicos en el sistema financiero.
El Ministerio de Finanzas ha advertido a los bancos que esperen leyes vinculantes en materia de finanzas sostenibles en 2024 si el actual sistema de autorregulación no consigue evitar realmente el “lavado verde”.
En cuanto a la tecnología, el Banco Nacional de Suiza (BNS), la principal bolsa de valores del país y los bancos comerciales intensificarán sus experimentos con la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) para mejorar la eficiencia de sus operaciones.